ABORTO EXPRESS, ¿Se tiene el derecho a interrumpir la vida del que está por nacer…?

 “Estoy embarazada y no estoy preparada para ser madre”, es el dilema más frecuentes, entre otros, que aqueja a muchas adolescentes y a otras no tanto que surge frente al problema de  un hijo no deseado, como consecuencia temeraria del acoplamiento carnal sin protección, el que conduce a la mujer a decisiones que a veces le acompañarán por el resto de su existencia.   

 Numerosas naciones han legitimado el aborto y en otras no, como el caso de Chile, pero si nos sacamos la semántica religiosa que es fundamental en muchos casos en la conciencia humana y nos quedamos en el plano natural en donde la mujer fue concebida como un ente conservador de la raza, la interrupción de un embarazo está negando a sí misma el cumplimiento de su rol fundamental en la proyección como especie dominante en el planeta.

Frecuentemente, este problema tan grave como es un aborto se produce entre  adolescentes que comienzan a cursar estudios superiores o enseñanza media y que no midieron las consecuencias de sus actos y se enfrentan a dilemas de índole económico, religioso, temor a sus padres por no poder seguir estudiando o simplemente porque no se encuentran preparadas para enfrentar la crianza de un hijo. Todo lo cual, mirado desde un punto de vista social o personal puede llevar a la terrible decisión de poner término a una vida que comenzó a gestarse en su vientre; surgiéndoles las interrogantes: ¿tenemos las mujeres el derecho de optar por interrumpir la vida del que está por nacer…? ¿Es posible considerarla como una opción más en nuestras vidas… o simplemente no nos pertenece?

Un aborto no quirúrgico se puede hacer dentro de las primeras 7 semanas contado desde el primer día del último periodo menstrual de la mujer y se utiliza una combinación de medicamentos abortivos, entre los que se encuentra el “misotrol”, que está diseñado para combatir úlceras gástricas, pero si una embarazada lo usa en los dos primeros meses de gestación le provoca un sangrado vaginal que termina en aborto espontáneo o vaciado del útero en la mujer. El fármaco se vende en farmacias con receta médica retenida. Un frasco con 18 pastillas cuesta unos 40 mil pesos. En cuanto al aborto quirúrgico es realizable a contar de las 12 semanas de gestación de un ser humano, en Chile solo se realiza legalmente la interrupción del embarazo,  cuando una junta médica  diagnostica riesgo de vida en la madre.

Francisca, hoy de 22 años, comenta que aún el aborto revolotea en sus recuerdos atormentándola  y haciéndola sentir culpable cuando se enfrenta a pequeños, que quizás tendrían la edad de su hijo, de la mano de personas que les quieren y les cuidan con cariño y esmero. “Hace algún tiempo hice algo que no quisiera recordar, pero siempre está presente”, argumentó, “con quien era mi pareja nos enfrentamos a lo que era un embarazo no deseado, unos cuantos billetes y unos pastillas, creo que se llamaban Misotrol, que introduje algunas por el útero, al cabo de algunas horas un dolor insoportable, sangreamiento y expulsión de un coagulo de sangre y más sangre por casi dos semanas y problema resuelto, como lo pensamos en su momento, pero no fue así en mi caso, hoy estoy distanciada irreconciliablemente del hombre con quien compartí momentos de placer con consecuencias para un inocente que no nació”. 

Carolina, 21 años, nos comenta: “yo también me embaracé siendo aún muy joven y por consejo de amistades tome misotrol, creo que fue la experiencia de vida más triste por no tener mi bebe, recuerdos de aquel momento aún me perturban”, argumenta mientras  baja la cabeza y lagrimas comienzan a rodar por sus mejillas, con la voz entrecortada continua, “el vació que queda después del aborto es horrible, como lo es también el dolor físico, quiero que pase luego el tiempo y poder sanarme de la herida sicológica y religiosa que me inflingí, que por cierto la cicatriz de aquel momento perdura; es un poco loco lo que voy a decir, pero he querido volver ha embarazarme como si así pudiera retroceder el tiempo, pero lo hecho, hecho está y la vida debe continuar, espero que algún día vuelva a ser feliz y concretar mi embarazo, solo pido a Dios que me perdone y espero ansiosa volver a sentirme completa y no vacía”.

 Laura, 24 años, “fue por una visita inesperada de mi ex pololo”, nos expresó un poco avergonzada, “todos saben lo que pasa después de una reconciliación, había dejado de tomarme los anticonceptivo, bueno, pasado un poco más de un mes de retraso en la menstruación le inquietó, por lo que un test de embarazo positivo marcó el comienzo del fin de la vida tranquila al resguardo de una familia tradicional, mi ex pololo no quiso saber nada de esta relación y se enfureció cuando le conté lo del embarazo, el problema era qué hacer, el aborto era el camino indicado por amistades y el nombre del medicamento misotrol apareció como la gran solución. Recuerdo la noche cuando decidí vía vaginal introducirme estos comprimidos y el efecto no se dejó esperar, un dolor intenso me obligó a morderme los labios y colocarme guateros caliente en el abdomen y espalda para calmarme, así fue todo hasta que sentí deseos de ir al baño, salió un inmenso coágulo envuelto en sangre y más sangre por casi dos semanas lo que me asustó mucho, pero me comentaron que eso era así y no me preocupará, mi vida continuo casi normal, meses después cuando pensaba que lo acontecido con el aborto era un mal recuerdo, solo bastó que acompañara a mi hermana mayor a tener a su hijo a la clínica, el llorar incesantes de guaguas y el amor que los padres de esas criaturas entregaban, al sostener el bebe de mi hermana rompí en llanto y comprendí el gran daño que me había causado, me privé de un hijo y de ese inmenso amor que pude haberle entregado”.

Nos preguntamos qué pasa en Chile en donde está prohibido el aborto, se estima, según el diario El Periodista en su edición Nº 119 de diciembre del 2006, anualmente, cerca de 160 mil mujeres abortan en Chile, una historia abortiva que se repetiría unas 400 veces al día, se estima que no mas del 1%  de los abortos realizados son conocidos por los Tribunales de Justicia. En el resto del mundo, según el diario electrónico Red por la Vida y la Familia (http://www.pro-vida.cl/) en el mundo se realizarían unos 46 millones de abortos al año de los cuales 20 millones serian ilegales e inseguros.  En la actualidad, aproximadamente el 13% de todas las muertes de las madres se atribuyen a complicaciones surgidas en casos de abortos  inseguros: esto supone 80.000 muertes evitables al año (muertes causadas por infecciones, hemorragias, lesiones uterinas y los efectos tóxicos de los agentes administrados para inducir el aborto).

Toda la cadena de absurdos anteriormente mencionados, tiene como punto de arranque el no reconocer que el primer derecho humano es el derecho a la propia existencia desde el seno materno en que el óvulo es fertilizado, hasta la muerte natural, que es un derecho  inviolable e intransferible, y que nadie puede adjudicarse el “derecho a aniquilar” a un ser  que, además, en este caso, no se puede defender por su propia mano. Sobre esto en particular, me decía un buen amigo, el que no haya sido cigoto o embrión antes de venir a este mundo, que levante la mano.

Comments are closed.