¿Qué pasó con el consumo responsable?

Han terminado las estresantes y desenfrenadas compras navideñas dando paso al abrir regalos durante Noche Buena y el día de Navidad, un gran ajetreo hogareño, caras felices y otras no tanto porque no llegó el regalo solicitado al viejito pascuero. Tan consumista se ha vuelto la sociedad que ya se ha olvidado el verdadero significado de esta celebración.

El inmenso bombardeo publicitario para que demuestres tu afecto navideño comprando y regalando cosas hace que no repares en que este actuar te está llevando al desastre financiero a futuro cuando se tenga que hacer frente al pago de las deudas adquiridas, las que sin lugar a dudas provocarán el colapso de la armonía de acostarse tranquilo y despertase de mañana sin tener que preocuparse en que todo mi esfuerzos de trabajo y parte de mi sueldo durantes meses serán para cancelar los créditos de querer regalar a todos a quienes consideres importantes, sin pensar a veces que se ha sobrepasado los niveles de endeudamiento.


También hay otro factor psicológico que actúa en las personas, lo regalado muchas veces ha resultado ser un producto derechamente inútil para quien lo recibió, pero fue adquirido por quien lo compró rodeado de una muy buena publicidad y un envoltorio atrayente, por lo cual a veces se ha pagado un valor monetario mucho mayor al que realmente cuesta en otras fechas, situación no tomada en cuenta a la hora de comprar y endeudarse.

Hay algo que recordar y es la experiencia de las pascuas anteriores, en las que muchos sofisticados regalos y juguetes han quedado abandonados en un rincón y lo que en un principio parecía imponente para ser regalado hoy no es más que un estorbo o se ha convertido en basura de un alto costo, con todas las consecuencias financieras que tuvo.
Nuevamente muchas familias pudahuelinas se enfrentarán al dilema de tener cada mes que pagar el regalo que quizás permanecerá botado en un rincón o en el peor de los casos se convertirá en un material contaminante para el medio ambiente.

El consumismo lo está devorando todo, quedando relegado a un lugar secundario el verdadero significado de esta fiesta, se está perdiendo el verdadero espíritu navideño en las personas y en especial al interior de las familias, que han alterado peligrosamente el equilibrio financiero familiar al hipotecar su tranquilidad financiera mas allá de su situación económica mensual.

El consumo responsable es la única forma que se tiene para defenderse en cada época pre-navideña de la verdadera locura consumista de comprárselo todo y de una manera u otra recordar el verdadero sentido de la navidad que muchas veces no pasa por el consumismo sino por el afecto mutuo entre nuestros seres queridos.

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